
Ayer
Hoy, como ayer, paseo
por esta fronda del paso, florido
de lirios, buganvillas
y de rosas y tilos.
Hoy, como ayer, veo
encantado, los pétalos tan frescos,
las mariposas de estampa coral
y ese horizonte que promete
valles de esmeralda,
besos extraños y dichas sin fin.
Y lo veo y mi alma quiere soñar sus bordes.
Pero luego recuerdo;
un amigo una vez
caminó hasta allá.
Llegó y él era el mismo y miró atrás
y desandó lo andado.
Mañana ya lo escribiste ayer;
dentro de un año hace una semana.
La tinta fue el veneno de tus venas abiertas
con que escribiste esta, tu comedia
en tres actos, que durará ochenta
años- si Dios lo quiere.
Todo está pactado, hecho todo ya;
mañana como ayer entonarás
tu canto de amor y soledad.
Si sientes que te mueves
es que el tiempo te empuja, suavemente.
Mañana de primavera
Te has cortado madre tierra
y tu sangre esmeralda
brilla bajo las potencias
del señor de las mañanas.
Fue el invierno gris y seco
y te hundió en mucha tristeza.
Así, cuando el sol se impuso
de nuevo en tu maleza,
decidiste darte entera,
-corazón lleno de vida-
y te cortaste ofreciendo
tu verde sangre dormida.
Hiciste esta espesura
con altos árboles rectos,
de nidos llenos las copas,
sus pies de flores e insectos.
Altos nidos de las aves
en que el pecado de haber
nacido, torna hermosas
sus plumas sin un porqué;
e insectos peregrinos
entre flores atalayas.
van clavando su mirada,
en las nubes plateadas.
Y, en esta mañana florida,
ya te ama el sol colorido,
te ama el riachuelo sonoro,
ya te arrulla el viento limpio.
Y te agitas en el viento
con ese tedio campestre,
ocioso y resignado,
que no espera la muerte.
Textos de Luis de Bom