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Arcana Saidis

"Ni aun con alas de Metal"

En 1928 se publica en España un libro de poesía clave para nuestra literatura: Surtidor, de Concha Méndez. Por su desacomplejada moral, sus propuestas temáticas innovadoras y vanguardistas, su calidad técnica y estilística, reseñamos brevemente este libro, pero recomendando su lectura encarecidamente para, así, descubrir de primera mano cómo la poeta madrileña consigue extraer el néctar de la experiencia humana.

La forma métrica de sus versos y poemas breves adopta un tono lírico y aparecen canciones y estructuras rítmicas como la repetición de versos. Aunque no es la nota dominante, abundan en este libros los poemas nocturnos que trasladan una confortable serenidad y comunión con una poetizada luna verde.

En los poemas que componen este libro, Concha se muestra como una mujer absolutamente libre, ociosa y deportista, inteligente, sensible y capaz, siendo referente y ejemplo de la mujer porvenirista que ensalzaban los poetas vanguardistas de principios de siglo. Expresa la vitalidad de un corazón indomable a la par que una entrañable melancolía, alegría muchas veces simbolizada a través de verbenas o ferias o mediante la evocación al bullicio infantil. Así, en el poema Verbena, opina que “para ir a las verbenas / nos prestan almas los niños”.

En Surtidor, el mar se postula como prioridad temática, como símbolo polisémico y, sobre todo, como amplio universo léxico. Nos cuenta anécdotas, imágenes y experiencias vividas en el Club Náutico y nos expresa en varios poemas su pasión por la natación, por ejemplo, estableciendo alegorías entre las partes de una nave y las partes de su cuerpo en el poema Nadadora.

Junto al mar, muestra la autora gran interés por los aviones y el vuelo, utilizando también el símbolo de las alas. Naves aéreas y marítimas que observamos en el poema Carrera de canoas o en Aeronáutica, donde la poeta afirma: “Yo encendí por la aérea ruta / la linterna de mis sueños”.

Incorpora, además, en este delicioso poemario una composición dedicada a “Alalí, mi galgo ruso” o menciones al folclore, como el poema sobre Armenia la bailaora.

 

Especialmente recomendable es el poema A la luna, en el que se mezclan varias de las características comentadas y del que extraemos el título para esta reseña, o el poema Ser, donde incluye la siguiente reflexión que, desde aquí, ponemos en valor: “Ser y ser. / Energía continua. / Dinamismo. / Evolución”.

 

Quien quiera acercarse a esta obra podrá encontrarla reeditada por Cuadernos de Vigía (2018).

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